La CIG acaba de hacer de nuevo referencia en sus comunicados a un presunto trato de favor por parte de la Administración Municipal hacia una trabajadora de limpieza del Vales Villamarin, que acaba de ser trasladada al nuevo aulario, con las funciones añadidas de encargarse de la apertura y cierre del mismo.
La crítica a la administración municipal es comprensible, por adjudicar a esta trabajadora funciones que no serían propias de su cargo. Pero para llevar esto a cabo en su comentario califican este hecho como "practicas clientelares de procedementos non negociados cos representantes dos traballadores que benefician a traballadores individuais fronte ao colectivo".
Crítica de la que se desprende algún tipo de beneficio oculto que recibiría la trabajadora en cuestión. Nuestro sindicato se ha puesto en contacto con la misma, y esta nos ha indicado que no hay ninguna contraprestación a cambio, por lo que la CIG volvería a incurrir de nuevo, en "el crítica que todo vale o crítica que algo queda".
En este caso afectando con sus críticas a una compañera que no ha recibido ningún beneficio a cambio y que se ha limitado a cumplir con las funciones que le han encomendado, independientemente de que no tengan relación directa con el puesto de trabajo. Al igual que en anteriores episodios, el sindicato nacionalista, toma la voz por determinados colectivos, juzga o valora a trabajadores sin haber recabado previamente su versión.
Plano do novo Aulario de Educación Infantil de Betanzos.
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